Se trata de allanar el
terreno del toril,
que era de tierra,
evitando los desperfectos del terreno.
Mediante el preparado de
grava,
arena, cemento y agua,
se obtiene el hormigón,
que se echa encima de un
mallazo.
Para que quede el lugar
en buena condiciones,
se alisa lo mejor posible
la mezcla, mediante la llana.
El suelo ya terminado
de hormigonar y allanar.
Para
dejar acabada la faena,
después de haber hormigonado
el suelo y construido una
pared,
se procede al pintado de la puerta,
habiéndola lijado previamente,
para dar por concluida la tarea.
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